domingo, 10 de septiembre de 2017

Yo creer creo en muchas cosas, pero por encima de todo si a algo me he negado siempre es a dejar de creer en las personas (aunque a veces sea difícil hacerlo) creo por encima de todo en las buenas personas, defiendan la religión que defiendan, las personas que dan agua al sediento y se ofrecen a levantar a quien ha caído y cuyas fuerzas flaquean. Sigo creyendo en las personas que transmiten energía en todas sus etapas, incluso en las más difíciles. En las luchadoras, las inconformistas, las que aspiran estén lo alto que estén siempre a estar más arriba. Porque yo también creo en Dios, no se en cual, ni se si si existiese personificado rezaría en una mezquita o en una iglesia católica, pero creo en el Dios que cree en las buenas personas, aunque sean ateos, aunque pequen, aunque se salten lo estipulado, aunque no sigan convencionalismos, aunque no recen y no vayan cada domingo a la iglesia. Y por esto, siempre tendré fe en la eternidad de las buenas personas, en las almas que no pueden irse a otro mundo porque son necesarias aquí, y aquí se quedan, no sé si es porque un alma me acompaña cuyo cuerpo llevo sin ver desde hace casi dos años, pero creo en ellas. Creo que la verdadera riqueza está en la diversidad, en que cada uno tiene fe en lo que la tiene, a veces, sin saber porqué, y otras veces, sabiéndolo a la perfección, pero eso pasa a un segundo plano, da igual en quien ni en cuantos creas, se buena persona y triunfarás, da igual a quien defiendas, ayuda si puedes al que necesita tu ayuda, da igual, da igual en que tengas fe, la bondad siempre gana, siempre y por encima de todo.

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