Ser y estar. Ojalá fueseis siempre de la mano. Porque me gustar ser y estar a la vez. Y es tan complicado. Me encanta estar con quien soy, en mi máximo esplendor. Con quien puedo ser sin miedo. Con quien me hacer ser la mejor versión de mi misma. Y con quien puedo ser también, la versión que menos me gusta de mi. Me gusta ser cuando estoy. Sin ser, estar pierde sentido. Y si no tiene sentido que estés, abre la puerta y vete. Y hasta aquí es todo sencillo. Hasta aquí todo es de manual. ¡Sé tu misma! es el lema de tantas personas, y el mio propio hasta que me di cuenta de la complejidad de ser. La dificultad de ser yo misma siempre al 100%. Lo complicado que es no fallarse a uno mismo a veces. Sonriendo sin ganas. Fabricando gestos que sabemos que gustarán, pero que no nos nace de dentro. Y esto no es falsedad, cuidado. ¿Cuántas veces dejamos de ser, para seguir estando? ¿cuantas veces dejamos de ser, aunque solo sea un poquito, para no hacer daño a la persona con la qu estamos? Y luego esa sensación de no haber sido del todo sincera que no te abandona, a la que responde tu conciencia, con un: "has hecho lo correcto". Porque a veces lo correcto no es lo que te nace de dentro. Y lo que te nace, es a veces tan incorrecto...
Por eso es tan complicado ser.
Porque estar, puedes estar. Pero eso de ser...eso de ser es otra historia.
Porque a veces ser hace daño, molesta, incomoda...Porque te han dicho tantas veces como debes ser...que se te ha olvidado como eres, tú, de verdad. No ellos...no todos los que te han hecho adaptarse a esos cánones de conducta que son lo estipuladamente correcto.
Por eso es tan esencial preguntarnos a veces si somos. Si somos como queremos ser. Si somos lo que nos gustaría ver, a nosotros, no a la sociedad. Y por eso es tan importante con quien somos. Pero de verdad. Con quien hemos aprendido a ser. Quien ha aceptado que seamos. Aunque a veces haga daño, moleste, incomode. Y a quien dejamos ser. A pesar de que nos haga daño, nos moleste e incomode, a veces.
Esos con quien somos. Esos a quienes dejamos ser. Siempre cerca. Y a los demás puedes invitarlos a una cerveza, pero...
Jamás.
Ser.
domingo, 12 de noviembre de 2017
sábado, 11 de noviembre de 2017
Me gusta más improvisar.
Por sorprendente que parezca existen personas que no están dispuestas a casarse. Que odian los chupetes. Que huyen de las hipotecas. Que son felices sin todo lo que la sociedad te dice que te hace falta para ser feliz. Hay personas, por raro que os parezca, que no necesita un papel para sellar ningún compromiso. Personas que entienden el amor de otra forma, que quieren de forma distinta, y que no por ello, quieren menos ni peor. Personas que dejaron atrás hace tiempo los convencionalismos que te hacen creer que, como mujer, va a llamar a tu puerta en algún momento el instinto materno. Mujeres que han dejado de tenerle miedo a que se les pase el arroz. Y otras que nunca se han creído esa mierda. Y por loco que os parezca, todas estas personas, pueden sentirse llenos, completos, felices y satisfechos con ellos mismos. No han fracasado por no haber firmado una hipoteca antes de los 35. Ni llegar a los 40 sin hijos. Ni por no haberse casado jamás. Quizá, y solo quizá, podríamos recapacitar la idea de que, no querían hacerlo. De que no se marcaron ese objetivo desde que empezaron a tener conciencia. Personas que viven improvisando y se dejan sorprender por esta vida a la que tanto le gusta cambiarnos los mil planes que establecemos. Personas que deciden no escribir su futuro en una hoja, porque entienden que esa hoja, puede ser destruida, pisoteada, quemada...y entonces te inundará la frustración. La frustración de no haber hecho. De no haber llegado. De no haber conseguido ser lo que querías (o querían) que fueras. Y ahí, si te sentirás fracasado.
La vida está para vivirla, no para planearla, y a pesar de lo absurdo, loco, raro, e incluso triste que pueda pareceros, hay gente, que se limitan a eso, a vivir.
Y a mi... me gusta esa gente.
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Me encanta el mar, pero a la vez me agobia. Estar en la orilla mientras las olas me rompen en los pies y observar su inmensidad desconocién...