sábado, 7 de julio de 2018
En estos años no he aprendido mucho, pero sí lo suficiente como para tener claro lo que no quiero en mi vida. No quiero peros ni excusas. No quiero gente que pase por la vida de puntillas. No quiero arrepentirme de no hacer, de no intentar. No quiero verguenza, orgullo ni resignación, que ya está bien. No quiero conformismos, que matan cualquier iniciativa fuera de lo normal. No quiero rutinas. Me asustan mucho los cambios, por afectarme me afectan hasta los de estación, pero es en ese miedo en el que he encontrado más felicidad. Es en ese empezar de nuevo donde quiero estar. Es en ese conocer y no reconocer. Quiero sitios nuevos, comidas nuevas y caras nuevas. No quiero cervezas con cualquiera, que de tiempo no vamos sobrados. Ni quiero ahogar en whisky lo que no me atrevo a contar. No quiero resacas que no se curen con una cerveza, ni borracheras que no sean con las mías. Y sobretodo no quiero no saber que quiero, nunca. Aunque para ser sinceros, y aunque no quiera acostumbrarme a nada, a eso ya me he acostumbrado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Me encanta el mar, pero a la vez me agobia. Estar en la orilla mientras las olas me rompen en los pies y observar su inmensidad desconocién...
No hay comentarios:
Publicar un comentario