miércoles, 13 de septiembre de 2017

El arte de vivir



Van a hacerte daño. Vas a llorar. Vas a querer tirar la toalla alguna vez...pero no lo vas a hacer. Vas a levantarte después de una caída, y con mucha más fuerza después de una zancadilla. Vas a sacudirte las rodillas y vas a seguir. Vas a correr hacia ningún lugar. Huyendo posiblemente de ti misma. Hasta que de pronto...de golpe y porrazo, te encuentres.  Y eso va a ser lo mejor que pueda pasarte. Pero es que vas a reir tanto...vas a disfrutar, a conocer, a viajar, a bailar noches enteras. Y eso compensará las noches en vela buscando solución a personas que no tienen solución. Vas a soñar y a luchar por tus sueños. 

Y si no...procura hacerlo. Pero todo.

Procura fallar, llorar y caerte. Porque no hay mayor lección que una caída. Procura llegar al límite...allí es en el único lugar donde verás lo fuerte que eres. Cuando te agaches y recojas esa toalla del suelo y decidas seguir luchando por lo que quieres, aunque sea difícil. Corre, procura correr y perderte de vez en cuando, no solo para ver quien sale corriendo a buscarte sino para aprender a conocerte a ti. Aprender a mirarte al espejo y sentirte orgullosa de lo que ves. Aunque veas fallos. Aunque veas que no eres perfecta (que no lo eres, pero da igual). 

Y de todo lo demás disfruta, porque al fin y al cabo, aquí, a este mundo...hemos venido a eso. 


domingo, 10 de septiembre de 2017

Yo creer creo en muchas cosas, pero por encima de todo si a algo me he negado siempre es a dejar de creer en las personas (aunque a veces sea difícil hacerlo) creo por encima de todo en las buenas personas, defiendan la religión que defiendan, las personas que dan agua al sediento y se ofrecen a levantar a quien ha caído y cuyas fuerzas flaquean. Sigo creyendo en las personas que transmiten energía en todas sus etapas, incluso en las más difíciles. En las luchadoras, las inconformistas, las que aspiran estén lo alto que estén siempre a estar más arriba. Porque yo también creo en Dios, no se en cual, ni se si si existiese personificado rezaría en una mezquita o en una iglesia católica, pero creo en el Dios que cree en las buenas personas, aunque sean ateos, aunque pequen, aunque se salten lo estipulado, aunque no sigan convencionalismos, aunque no recen y no vayan cada domingo a la iglesia. Y por esto, siempre tendré fe en la eternidad de las buenas personas, en las almas que no pueden irse a otro mundo porque son necesarias aquí, y aquí se quedan, no sé si es porque un alma me acompaña cuyo cuerpo llevo sin ver desde hace casi dos años, pero creo en ellas. Creo que la verdadera riqueza está en la diversidad, en que cada uno tiene fe en lo que la tiene, a veces, sin saber porqué, y otras veces, sabiéndolo a la perfección, pero eso pasa a un segundo plano, da igual en quien ni en cuantos creas, se buena persona y triunfarás, da igual a quien defiendas, ayuda si puedes al que necesita tu ayuda, da igual, da igual en que tengas fe, la bondad siempre gana, siempre y por encima de todo.

"Yo sé que me miras pero no me ves..."






                  "Todos tenemos esa persona que nos hizo mil pedazos y nos dijo "ahora constrúyete""


https://www.youtube.com/watch?v=HSSbek0x0Cg
Qué fácil es volver, cuando se vuelve a Sevilla.
A tus calles abarrotadas de vida
A que tus bares me vean brindar
A admirar tu Giralda

Brindemos por tus atardeceres en el río
cerveza en mano
Por dar un paseo y cruzarme con la Torre del Oro
Y por todo lo que te queda por darme

Todo el mundo sabe lo especial que eres
Pero pocos te aprecian como quien vive, en tí...
la mejor etapa de su vida


Septiembre es mes de armarios vacíos y maletas llenas. De despedidas y de reencuentros. De rutina y de cambios. Sin duda, Septiembre es un mes de contrastes. Septiembres de abrazos y de lagrimas. De risas con desconocidos. Y de cervezas en cualquier rincón de Sevilla. La ciudad a la que llegué el Septiembre pasado. 


No olvidéis meter algun jersey en la maleta por si refresca, os dirá mamá. Pero sobretodo...no olvidéis meter ilusión y ganas, que te harán falta alguna que otra vez cuando tu día se nuble y quieras montarte en cualquier medio de transporte que te lleve a casa. Y deja el miedo, arrinconado con todos esos peluches que decidiste un día guardar en el trastero. Déjalo en casa que no te va a servir de nada. 

Dale una oportunidad a lo desconocido, que en eso consiste la vida, en adaptarte a las circunstancias siempre siempre con el objetivo de acabar siendo feliz. 



sábado, 9 de septiembre de 2017

Y un día me fui...y entendí que a veces, aunque creas que romperte duele, quizá...es lo mejor para empezar de cero. Agacharte, recoger tus piezas de una en una e irte a recomponerte a casa. Conocerte a ti misma, antes que a cualquier otra persona. Un día te encuentras, y entonces dejas de temer al espejo y al que dirán. Y de repente te quieres. Y entonces... el miedo desaparece. 





Me gusta la lluvia, las películas a medio acabar, las canciones tristes, dormir y escribir. Me gustan los momentos en los que alguien no puede parar de llorar, la vulnerabilidad del que cree que está siendo débil pero esta poniendo en tus manos sus debilidades, confiando en que no las usarás en su contra jamás. Esa confianza ciega que sientes cuando alguien te mira a los ojos y te cuenta algo que le duele. Me gusta la sinceridad del que ya no puede más y se enfada, y grita y echa las cosas en cara. Y también cuando alguien, de repente, le da una patada a su orgullo y pide perdón. Me encanta la eternidad de algunos momentos, y las sonrisas involuntarias cada vez que los recordamos. Me gusta la cerveza, sobretodo si la compañía es buena. Porque no, para tomarte una cerveza...tampoco vale cualquiera. Me gusta saber echar de menos, aunque a veces duela. Y me encanta volver. Sentirme en casa. Los reencuentros después de meses. Me gusta saber que ni el tiempo ni los kilómetros estropean nada cuando algo es de verdad. Y me encanta porque es duro aceptar que las personas cambian, que desaparecen, así sin más. Y a pesar de que es duro, pienso que es una de las primeras lecciones que hay que aprender, que nada es para siempre...y lo triste que resulta. Y no podemos pasarnos la vida mirando hacia atrás, recordando, queriendo estar en la vida de quien ha demostrado que no le interesa la nuestra...porque mientras, hay personas que se merecen todo ese tiempo. Personas con las que todo es recíproco, desinteresado e incondicional. Y eso me encanta. Darme cuenta de que entre tanta mierda, siempre va a haber quien, si no puede sacarte del pozo, se tire contigo, simplemente a acompañarte. 



Me encanta el mar, pero a la vez me agobia. Estar en la orilla mientras las olas me rompen en los pies  y observar su inmensidad desconocién...